sábado, 28 de mayo de 2011

Iván Berón, el terrible campeón

TIENE 19 AÑOS Y MANDÓ AL HOSPITAL A SU RIVAL, EN SOLO 20 SEGUNDOS, en la pelea por el título sudamericano, categoría Ligero. Entrena seis días por semana y hace dos años que es profesional. Aprendió a “tirar patadas” ni bien caminó y pretende consolidarse como monarca en el subcontinente y dedicarse a la docencia de la disciplina.

Es una máquina de golpear y de realizar actividades. Tiene 19 años y toda la energía de la juventud enfocada en las artes marciales. Entrena para perfeccionarse y enseña kickboxing en el gimnasio particular y kung-fu en la Escuela Municipal de Gualeguay.
En su doble rol de peleador y profesor, tiene agenda completa casi toda la semana, relegando muchas actividades propias de los jóvenes de su edad. Pero su esfuerzo no es en vano: ya está cosechando los frutos de esa dedicación.
Iván Berón ya es campeón argentino de full contact (desde 2009) y de kickboxing (desde el año pasado) y recientemente le agregó a su palmarés el título sudamericano de kickboxing.
El viernes pasado se consagró monarca de la categoría Ligero, en Santiago de Chile, al vencer en el primer round al local Luis Alarcón, en solo 20 segundos de combate.

CAMPEÓN CONTUNDENTE. De nuevo en su tierra y tras ser recibido merecidamente por sus vecinos, Iván se propuso disfrutar de unas horas tranquilas con su familia… hasta que lo interrumpieron.
En pleno almuerzo de fecha patria, EL DIARIO lo contactó para dialogar sobre su reciente conquista.
“Fue con mucho esfuerzo. Como dice Roberto, mi manager y entrenador (además de padre): ‘La pelea se gana en el entrenamiento’”, introdujo, con entusiasmo, Iván.
Para dar cuenta de ello, reveló que entrena seis días a la semana y a veces también los domingos, dos o tres horas por día. “Y esto se vio en el logro”, redondeó.
Berón fue convocado a participar de la Copa Sudamericana Chile versus Resto de América, que se disputó en el país vecino el fin de semana pasado, aprovechando que el título de la categoría Ligero (57 a 60 kilogramos) estaba vacante. Su buena posición en el ranking y la doble corona argentina de kickboxing y de full contact sumaron para su postulación.
Al reto, concurrieron peleadores de Brasil, Ecuador, Bolivia y Argentina, quienes se enfrentaron a los locales, que organizaron una buena atención.
“Fue bárbaro”, recordó el joven campeón. “Quise estudiar la pelea y él (Luis Alarcón) me tiró una patada que sentí. Entonces salí a buscarlo, para no correr riesgos. Se comió una patada en la cara y pasó la noche en el hospital”, concluyó, con peculiar relato.
Todo eso ocurrió en 20 segundos del primer round, que provocó un festejo especial en Iván: “Sentí mucha adrenalina. Fue un cambio en mi cuerpo total, me salió un grito desde adentro y no podía parar, aunque el público me quería comer”.

LA BIENVENIDA. Berón le confesó a EL DIARIO que pensó mucho en su ciudad las pocas horas que estuvo en Chile, pero que jamás imaginó lo que sucedería en Gualeguay a su regreso.
“Se armó una caravana en autobomba, con camionetas de la Municipalidad y mucha gente salió a saludarme, en el recorrido por las calles”, contó con emoción.
A pesar del éxito, Iván no deja que las luces del éxito lo encandilen: “Ahora quiero hacer unas peleas tranquilo, defender mi título”, aunque tiene su futuro enfocado: “Luego trataré de llegar lejos. No voy a parar hasta pelear en el Luna Park”.
El luchador gualeyo quiere realizar su primera defensa del título ante un competidor de Brasil, país con el que Argentina está en el mismo nivel. “Si pierdo, lo perderé bien”, se tranquilizó en el contacto.
El nivel argentino en kickboxing no es envidiable, ya que se encuentra apenas un escalón detrás de las potencias mundiales, que son Japón y Tailandia.
En cuanto a su historial, Iván Berón lleva dos años como profesional y 13 peleas disputadas, con solo una sola derrota, por puntos. El resto son victorias.

UNA VIDA A LAS PATADAS. El flamante cetro de Sundamérica está en manos de un luchador que se volcó al kickboxing hace cuatro años, aunque practica artes marciales desde muy pequeño. Su padre es entrenador de kung fu y, lógicamente, su maestro. “Así que desde la cuna tiro patadas”, se resignó, entre risas.
Empezó a practicar a los dos años y medio y hoy, aún a pesar de su corta edad, ya es profesor y pretende hacer una carrera de formador de peleadores, teniendo siempre como espejo a su papá. “Mi viejo es mi ídolo, aunque no haya peleado mucho, porque en su época no había tantos peleadores ni oportunidades. Tiene un desafío en Chile, también por un título sudamericano, y puede concretarse próximamente”, acotó.
En cuanto a su vida diaria, Iván entrena con sus alumnos de los gimnasios a su cargo y unos tres meses antes de cada pelea acrecienta el ritmo de preparación, con buena respuesta en sus pupilos.
“Me pruebo con gente de afuera. Mi viejo tiene dos escuelas en Paraná, otras en Victoria y Santa Fe, y con ellos trato de perfeccionarme”, comentó.
Por su compromiso, se pierde de las salidas de los chicos de su edad. Como ejemplo, vale citar que antes del Sudamericano, pasó tres meses encerrado, casi sin verse con sus amigos. “Fue un sacrificio a pleno, pero se vio en el logro”, dijo risueñamente, antes de despedirse.
La comida en el seno familiar se le enfrió, pero no importó. Los Berón de Gualeguay saben que el kickboxing nutre su espíritu.

DE QUÉ SE TRATA
Mezcla de boxeo y artes marciales

El kickboxing es un deporte de contacto, de origen japonés y en el cual se mezclan las técnicas de lucha o combate del boxeo con las de algunas artes marciales (como el karate y el boxeo tailandés).
Así, se relaciona con el antiguo arte del muay thai, pero los golpes con el codo y rodilla generalmente no son permitidos, por lo que esta característica lo hace similar al boxeo tailandés moderno (thai boxing).
Si bien no se considera al kickboxing un arte marcial formativo tradicional, sino un deporte de combate, un luchador de kickboxing implica una competencia reñida para los peleadores de lucha en pie. Esto se debe a su resistencia física, contundencia, y aguante a los golpes de sus practicantes.
Quizá por ello actualmente sea el sistema preferido para el desarrollo de la lucha en pie, usado en las artes marciales mixtas.
Tras su nacimiento y desarrollo de popularidad en Japón, desde los ’90 se propagó a Europa, Norteamérica, Norte de África y Australia.

Publicado por: El Diario de Paraná.

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