En los últimos años los medios que tratan la pesca deportiva en nuestro país, han mostrado un saludable interés en intentar transmitir la preservación de las especies y actualmente son minoría los que todavía muestran imágenes no adecuadas a un importante cambio en curso.
Es posible que los primeros y firmes pasos se dieran con la pesca de salmónidos en el sur. Poco a poco la devolución fue ganando adeptos y, actualmente, en el centro y norte son numerosos los que la practican.
La Secretaría de Turismo de la Nación, algunos gobiernos provinciales y numerosas instituciones van fomentando esta práctica y se han modificado un gran porcentaje de torneos. Ya la muerte del pez y su exhibición dejó de ser la figurita repetida.
Entiendo que todos los que tenemos la posibilidad de continuar e intensificar una buena práctica y, fundamentalmente, la transmisión de los conocimientos adquiridos a fin de mejorar los resultados que se están obteniendo, debemos hacerlo sin retaceos y tenemos una obligación a cumplimentar: Educarnos para enseñar mejor.
Como observador y participante veo con agrado toda medida que ayude a mejorar la situación y me resulta gratificante cuando programas de pesca en T.V. muestran con claridad que una buena parte de una satisfactoria pesca culmina con la reanimación del pez y la devolución a su medio.
Antiguos pescadores y nuevas camadas van conociendo una práctica que, combinada con medidas gubernamentales, pueden permitir revertir o disminuir el deterioro en la cantidad y tamaño de peces.
Pero hay nuevos y viejos pescadores que no tuvieron oportunidad de conocer la forma correcta de efectuar la devolución así es que, como contrapartida del hecho positivo de mostrarla, vemos imágenes en las que se comete el error de introducir manos en las agallas del pez a devolver, especialmente en los de cierto tamaño que les resultan más difíciles de manejar, como el Dorado.
Los opérculos, especialmente en peces grandes, parecen ser, erróneamente, el lugar ideal para tomar el pez y el menor cabeceo de éste o el desconocimiento involuntario de quien ejecuta la devolución, produce un inmediato contacto con las agallas. Este es un error que se da con cierta frecuencia y tiene consecuencias cuando, quien ejecuta la maniobra, no tiene un dominio absoluto de la misma.
Pero mucho peor son las acciones e imágenes que lamentablemente todavía se ven bastante seguido: Cuando alguien toma el pez de la aleta caudal con una mano e introduce la otra completamente en las agallas.
El problema no pasa exclusivamente por su buena e ineficiente intención ya que, por lo general, después lo devuelve a su medio; radica en que su ejemplo no es bueno pues quien no conoce el daño que tal manejo produce en el pez y ve su manipulación incorrecta puede automáticamente incorporar esa práctica en su proceder, obviamente con la mejor intención y creyendo que el camino que le muestran es el correcto, porque viene de alguien que se toma como ejemplo en la materia.
¿De qué sirve devolver al agua un pez manoseado en sus agallas, con un bajo índice de posibilidades de supervivencia por dicho motivo, o la devolución de peces lanzados al agua desde considerable altura, si por ello reciben daños internos importantes?
La presente intenta ser una reflexión en principio para los guías que incurren o permiten estos errores. Ud. se preguntará porqué el Guía? La respuesta es sencilla: El Guía es Guía, es “El que acompaña a otro/s para mostrarle el camino” ó “Persona que dirige a otra/s, que le da consejos o instrucciones”. El Guía cobra por su trabajo y la enseñanza es parte de él, no puede desconocer el mecanismo adecuado, hacerlo además atenta contra la continuidad de su trabajo en el tiempo. El Guía es quien más tiempo está en función de la pesca, el pescador menos.
Actualmente, Argentina cuenta no solamente en el sur con guías muy capacitados y eficientes y por suerte son muchos, pero todavía hay una minoría que no ha recibido, asimilado o sabido plasmar adecuadamente algunos aspectos importantes y en ésto el buen ejemplo es prioritario.
Hoy, con los avances tecnológicos, son gran cantidad los guías que envían relatos y fotos a diferentes medios y no siempre algunas imágenes son adecuadas como para ser publicadas, comprensiblemente, pues el Guía es Guía, no periodista o instructor y se le escapan fotos y detalles que a veces no debieran ser volcadas a medios de pesca deportiva. Por suerte, reitero, son muchos los bien capacitados y hasta los que son didácticos en sus notas.
El verdadero problema radica definitivamente en que si quienes se supone más sabemos, mostramos imágenes donde una mano desaparece detrás de las agallas de un pez, por mejor intención que tengamos, el resultado es francamente malo, especialmente para quien lo ve y por desconocimiento puede copiarlo.
Tenemos la responsabilidad de hacer la devolución en la forma correcta, para que quien siga lo que hacemos pueda hacerlo bien, aunque más no sea con el fin de evitar que en poco tiempo la pesca pueda convertirse en solamente una ilusión.
La reflexión intenta alcanzar también a todos quienes, de diferentes formas, estamos muy involucrados en la pesca deportiva.
El camino que se ha iniciado es positivo, tenemos que intentar mejorarlo; una forma de ello puede ser que cada uno de los que podemos transmitirlo efectuemos las correcciones propias y a terceros cuando salimos a pescar.
Hacerlo con respeto hacia los demás no tiene porqué generarnos algún problema y protagonizaremos parte del cambio que es necesario intensificar.
Publicado por: pescadoresenlared.com
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