lunes, 13 de junio de 2011

El INADI realizó una jornada de capacitación para árbitros de fútbol

Se puede discriminar sin tener la intención de hacerlo, la mayoría de las veces la discriminación se solapa en el humor; son algunas conclusiones de un curso para árbitros de fútbol que ofreció el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) conjuntamente con la AFA, Asociación del Fútbol Argentino.

Se hizo hincapié en el deber que tienen los árbitros de identificar estos casos, a efectos de emitir los informes a partir de los cuales la AFA pueda aplicar las sanciones correspondientes de acuerdo al artículo 88 de su Reglamento de Transgresiones y penas, el cual penaliza los actos discriminatorios en los estadios de fútbol.

“Fue muy importante llevar adelante este convenio de capacitación con la AFA, ya que el fútbol, como fenómeno social que tiene millones de seguidores, es un ámbito donde muchas veces se dan prácticas discriminatorias que es nuestro deber erradicar, a partir de la sensibilización de los jugadores, de los dirigentes, de los periodistas y del público que asiste a los estadios”, destacó María Rachid, Vicepresidenta del INADI.

El futbol como vidriera. El fútbol es una vidriera donde se expresan con mayor visibilidad las matrices sociales y culturales de la discriminación.
El deporte genera pasiones y tiene fuerte arraigo en la población, en especial la masculina, a su vez, los medios amplifican y potencian esas expresiones.

Que los conductores hagan comentarios burlescos y chistes acerca de los jugadores o del público, refiriéndose al aspecto físico, la clase, la etnia, la orientación sexual o la condición social es moneda corriente para matizar transmisiones.
El chiste o la burla pueden ser formas de discriminación cuando su “efecto” o “gracia” descansa en la identificación de las características de un grupo o colectivo social. La risa puede herir la dignidad de los grupos a pesar de que su formulación como broma se perciba como algo poco grave y “aceptable” por el contexto en el que se enuncia, son observaciones del Observatorio de la Discriminación en el Fútbol del INADI.
Al basarse en principios aparentemente “naturales”, la risa y la comicidad no sólo niegan la condición ideológica de los prejuicios sino que refuerzan la diferencia y reproducen las relaciones de desigualdad. Las modalidades humorístico-cómicas pueden habilitar el ejercicio de ciertas prácticas de violencia simbólica.
Al respecto, Pierre Bourdieu define la violencia simbólica como “todo poder que logra imponer significaciones e imponerlas como legítimas disimulando las relaciones de fuerza en que se funda su propia fuerza, añade su fuerza propia, es decir, propiamente simbólica, a esas relaciones de fuerza”
Podemos hablar entonces de una violencia simbólica ejercida sobre distintos grupos sociales como manera de reproducir, instalar y legitimar las relaciones de subordinación y poder que se establecen en una sociedad, a través del humor.

Un acto discriminatorio no se define por su intencionalidad, la persona puede no tener como finalidad discriminar y sin embargo hacerlo. Por lo tanto, la discriminación debe medirse por las condiciones y el resultado de las acciones y no por su intencionalidad.

Podemos agregar, para los casos analizados, que una forma “camuflada” de discurso discriminatorio son los estereotipos, que simplifican y deforman la realidad.

La discriminación en el fútbol no es un fenómeno aislado o eventual, sino que refleja la existencia de un comportamiento discriminatorio, xenófobo y racista arraigado, sistemático y hasta “naturalizado”, de determinados/as participantes y protagonistas de los eventos en cuestión.
En este sentido, el Observatorio de la Discriminación en el Fútbol del INADI tiene como objetivo fundamental desarraigar la creencia de que “está todo permitido en el fútbol” y que tales conductas pertenecen al “folklore” normal y típico de los encuentros futbolísticos. Dicha concepción significaría sin más la naturalización, perpetuación, permisividad, tolerancia e instigación de conductas discriminatorias, xenófobas y racistas que se realizaran en dicho contexto, debido a que la propia idiosincrasia del fútbol lo “justificaría” todo.

Publicado por: El Diario de Paraná.

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